PERROS GUIAS EN URUGUAY

Introducción:

Los conceptos de accesibilidad sin barreras y Diseño universal, están estrechamente vinculados con los de seguridad.

Es imprescindible que las personas puedan desplazarse de un lugar a otro, de la forma más autónoma e independiente que le sea posible, minimizando las diferentes barreras y obstáculos que se le puedan presentar durante su recorrido.

Actualmente la tecnología avanza segundo a segundo y por ello se presentan nuevas posibilidades para mejorar las condiciones de accesibilidad del colectivo de las personas ciegas.

Existen dispositivos modernos que permiten anexar a los bastones sistemas gps para que dichas personas puedan conocer su exacta ubicación dentro de una ciudad.

Lamentablemente las personas que habitan en el tercer mundo, por lo general carecen de los recursos económicos necesarios para disfrutar de las nuevas tecnologías.

Los comunes bastones largos constituyen una herramienta fundamental, ya que posibilitan su traslado en forma segura y sin tener que contar con la ayuda permanente de otras personas.

En el primer mundo, desde hace mucho tiempo atrás, se adiestran a perros para a que ellos guíen a las personas con discapacidad visual en sus diferentes recorridos.

Antecedentes:

Leopold Chimani en 1827 publicó la historia de vida de un hombre ciego llamado Joseph Resinguer que en el siglo anterior enseñó a tres perros para que le ayudaran en sus labores cotidianas.

Casi cien años pasarían para que el Dr. Gerhard Stalling diera comienzo a la primera escuela de adiestramiento para perros guías para personas ciegas.

Dicha escuela abrió sus puertas en 1916 en Oldenburg, Alemania, con la finalidad de ayudar a la gran cantidad de soldados alemanes que habían quedado ciegos durante la primera guerra mundial.

Poco tiempo después, ya se adiestrarían perros que serían entregados a ciegos civiles, por diferentes escuelas alemanas.

Ese fue solo el comienzo.

Hoy en día existen escuelas de entrenamiento para perros guías en casi todos los países desarrollados.

Existe una Federación internacional de escuelas de perros guía, que actualmente está integrada por 35 centros de todo el mundo.

En el Reino unido existen 14, en Francia 10, en Estados unidos hay más de 11, y así podríamos seguir enumerando múltiples escuelas que se hayan diseminadas en los diferentes países desarrollados.

En España, para tal fin, el 24 de setiembre de 1990 se crea la Fundación Once del perro guía.

Algunas cifras:

- La Fundación ONCE del Perro Guía entregó en 2007 un total de 120 canes (26 de ellos en la Comunidad de Madrid) perfectamente adiestrados para acompañar

a las personas con discapacidad visual.

- Un perro guía cuesta aproximadamente 35000 dólares americanos, pero este costo es absorbido mayoritariamente por las fundaciones o centros que adiestran a estos canes.

- En Inglaterra hoy existen más de 5000 personas ciegas que poseen un perro guía.

El total de perros que atiende y supervisa la GDBA supera los 7.500.

Razas más utilizadas:

. El cruce entre Labrador y Golden, que esta dando excelentes resultados en la actualidad (44%).

. El Labrador Retriever (30%)

. El Golden Retriever (14%)

. El Pastor Alemán (5%)

. Otras razas utilizadas no han colmado las expectativas esperadas.

LOS PERROS GUIAS EN URUGUAY

Un largo camino, aún por recorrer:

En los últimos tiempos han existido algunos intentos para posibilitar que perros guías se desempeñen en nuestro país.

Más allá de las controversias existentes sobre las ventajas o desventajas que pueden aportar a sus usuarios la compañía de un perro guía (aspecto en el que no incursionaremos en este artículo), deseamos hacer algunas precisiones al respecto:

Por un lado, nos parece que cada individuo tiene todo el derecho de decidir que es lo que más le conviene con respecto a este tema.

Habitualmente hacemos conocer nuestra opinión acerca de que las principales barreras en materia de accesibilidad no son las de índole arquitectónica, sino que son las barreras mentales las que nos impiden avanzar con mayor celeridad en todos los temas.

En este caso, además de tener que atender al relacionamiento propio de cada persona con su entorno, aparece otro actor: el perro guía.

Creemos que en nuestro país no existe en este momento una cultura que sea proclive a permitir el acceso de las personas ciegas y sus perros guías a todos los ámbitos del quehacer nacional, debido a la escasa información que la población posee sobre esta temática.

No es casualidad que todos los países desarrollados, cuenten con escuelas de adiestramiento, ya que existe un vínculo nítido entre la existencia de estas escuelas y el desarrollo económico y social de esos respectivos países.

A estos centros se los puede considerar como indicadores del grado de protección social que existe en cada comunidad.

Está ampliamente comprobado que es fundamental que los perros reciban su adiestramiento en los propios países y ciudades en donde llevarán adelante su labor, ya que son muy disímiles las realidades tanto geográficas como culturales que se pueden presentar en los países desarrollados y los del tercer mundo.

Lo ideal es que los perros adquieran sus competencias en el propio lugar en el cual se desenvolverán con su futuro dueño.

Tampoco es sencillo cumplir con este requisito, debido a la gran inversión que se debe disponer para crear y mantener estas escuelas caninas.

Para que los perros guías puedan realizar su trabajo en forma satisfactoria, ellos deben poder acompañar a sus dueños a todos los sitios, a los centros de enseñanza, a los hospitales, a los espectáculos públicos, a los centros comerciales y culturales, deben poder acceder a los distintos vehículos de transporte, etc.

En diferentes medios se ha estado publicitando las ventajas que proporcionan estos canes, pero sin conocer a fondo este tema, apelando más bien a brindar una nota simpática que atienda a estos animalitos, sin estar los periodistas realmente concientes de que ellos son mucho más que simples mascotas, y que constituyen una herramienta de trabajo.

Más allá de que pueda existir una ley en Uruguay que legisle sobre este tema, se debe operar un cambio estructural con respecto a los derechos humanos de las personas con discapacidad.

Los diferentes gobiernos no han encarado hasta la fecha políticas verdaderamente inclusivas e integradoras, apostando más bien a un perjudicial asistencialismo que no permite la genuina igualdad de oportunidades de este colectivo, que según los últimos datos aportados por el instituto nacional de estadísticas engloba al 9.2 % de la población uruguaya.

Las personas con discapacidad no tienen asegurado el acceso a una salud y educación de calidad, al empleo, a la vivienda, a la recreación, etc.

La discapacidad trae consigo a la pobreza, y la pobreza a la discapacidad.

A muchas personas ciegas que habitan en Uruguay, por su situación socioeconómica se les complica poder acceder a la compra de un simple bastón.

Estos factores impiden desde el vamos, que las personas ciegas en su gran mayoría puedan estar en condiciones de acceder a la tenencia de un perro guía y logren asegurar su adecuado mantenimiento.

Leyes que no se cumplen:

Vale la pena citar tan sólo un ejemplo, la ley de protección integral del discapacitado, Nº 16095, se aprobó en el año 1989 y aún no se cumple lo establecido en ella.

Podemos citar innumerables ejemplos de leyes y decretos que a pesar de estar debidamente reglamentados, no se aplican en la vida cotidiana.

En España, a pesar de que como ya lo hemos citado en este propio texto, desde 1990 la Fundación Once trabaja fuertemente en este tema, pasados casi 20 años, en el día de hoy deben seguir realizando campañas de concientización para que los taximetristas no interpongan objeciones y permitan el acceso a su vehículo de una persona ciega acompañada de su perro guía.

Debemos ser concientes que por más que los perros reciban el mejor adiestramiento, si no pueden desempeñar su labor sin trabas, los mismos se convertirán en simples perros de compañía.

Hace un tiempo atrás, un español que llegó a nuestro país acompañado de su perro guía, proveniente desde Argentina, tuvo que soportar grandes inconvenientes al querer regresar a Buenos Aires acompañado por su can.

Debieron realizarse múltiples gestiones en la terminal de Tres Cruces, e incluso tuvo que intervenir la policía para que la funcionaria de una afamada empresa de transporte, cediera a sus pretensiones de querer que el perro fuera alojado en la bodega y no con su respectivo dueño.

Afines del año 2008, esta persona viajó nuevamente a nuestro país, logrando superar los problemas enumerados anteriormente, pero según sus propias palabras, tuvo que prescindir de la ayuda de su perro, ya que no pudo acceder con él a los medios de transporte, a los bares y restaurantes, a los espectáculos públicos, etc.

Sólo consiguió que un taxi lo trasladara en algunas ocasiones especiales, abonando una cifra superior a lo estipulado por la tarifa habitual.

Su estadía aquí le dejó un sabor amargo y una gran frustración, por no contar con la ayuda de su inseparable compañero.

En la República Argentina, a pesar de que desde hace años atrás existen leyes que amparan a los usuarios de perros guía, recientemente se ha decretado que todos los servicios de transporte, deben exhibir un cartel que hace referencia a esta posibilidad.

Por más que se aprueben leyes destinadas a posibilitar que los perros guías puedan actuar en nuestras ciudades, nuevamente nos tendremos que enfrentar a los principales obstáculos: los mentales y culturales.

Hemos pretendido aportar algunos elementos, para reflexionar y debatir juntos sobre este importante tema, vinculado con la accesibilidad de las personas ciegas; siendo sabedores que aún no hemos empezado a transitar todavía por este camino.

Montevideo, 21 de febrero de 2009.

Humberto Demarco, Presidente

Red Especial uruguaya, Poder, sin límites

redesuy@adinet.com.uy

Fuentes:

© Benigno Paz Ramos

Instructor de movilidad con perros guías (GDBA, Inglaterra)

http://www.knsediciones.com

http://www.nodo50.org/utlai/perros.htm

www.arrakis.es

ODISEA EN MONTEVIDEO.

Por Pablo Lecuona Director de Tiflolibros-Argentina. 2008.

Hola a todos!
Les envío esta nota con información de lo sucedido el pasado domingo 3 de febrero por la noche en la terminal de Tres Cruces de Montevideo, para su conocimiento y para solicitar se lo pueda difundir, pues se trata del resultado del desconocimiento, que hace que en muchas ocasiones la gente actúe de malas maneras, llevada por sus prejuicios y temores.

Entre el 1 y el 10 de febrero, hemos organizado desde Tiflolibros, y en conjunto con la Unión Nacional de Ciegos del Uruguay, un viaje y encuentro de personas ciegas de diferentes países. En él participaron más de 30 personas, de Argentina, Uruguay, Chile, Guatemala, Cuba, España y Alemania. En este viaje se realizaron actividades turísticas en Montevideo, Buenos Aires y Neuquén, incluyéndose desde visitas a museos hasta una bajada en canoas por el río Limay, escalada y montañismo, todas actividades armadas con las pequeñas adaptaciones y ayudas que puedan hacer falta para que sean disfrutadas por personas ciegas o con baja visión.

Uno de los participantes de este viaje, Rafael Vadillo, de Salamanca, España, viajó con su perro guía. En Europa y Estados Unidos es bastante frecuente que algunas personas ciegas utilicen este tipo de perros, especial y estrictamente entrenados para su función. En América Latina esto no es tan frecuente, pero existen una cantidad de personas que utilizan el perro (calculamos que habrán unas 10 personas utilizándolo en Buenos Aires y el Conurbano).

Aquí en la ciudad de Buenos Aires existe una ley de perros guías, que indica, como sucede en todos los países donde se utilizan estos perros, que el perro debe poder ingresar con su dueño a todo lugar público, que debe viajar con su dueño en todo transporte, etc, en definitiva, que el perro es una herramienta de guía, como puede serlo el bastón, y no es considerado animal o mascota, en relación a lugares en los que se tenga la prohibición de animales.

Igualmente, conociendo el gran desconocimiento que sobre estos temas hay en nuestros países, al momento de organizar todas las actividades del viaje, siempre nos encargamos de avisar que en el grupo, tendríamos una persona que viaja desde España con su perro guía.
Así lo informamos también a Buquebús, cuando a principios de enero nos contactamos con su área de atención a grupos, para reservar los pasajes de ida y vuelta para 25 personas en barco a Colonia y de allí en Bus a Montevideo.

La empresa, informada de que se trataba de un grupo de ciegos y que había un perro guía, nos vendió los pasajes sin ningún inconveniente. El 1 de febrero por la noche, viajamos con un grupo de 18 personas ciegas, que eran los que arrancaban el v viaje desde Argentina, hacia Montevideo. En el buque la atención fue muy buena, el perro viajó con su dueño sin inconvenientes, como ya venía viajando desde España, e incluso el comisario de a bordo, se acercó al grupo para consultar acerca de los perros guías, pues su hijo es ciego, y vive en Uruguay, y querían conseguirle uno para él.

Al llegar a la Ciudad de Colonia, nos encontramos con la sorpresa que la encargada de buquebús, al encontrarse con que se viajaba con un perro guía (algo que recordarán, habíamos avisado desde el comienzo). Esto generó algo de confusión, pues no querían poner a viajar a un animal en un bus con mucha gente, pero se resolvió, poniendo uno de los buses en exclusiva para nuestro grupo, pudiendo viajar Rafael con su perro guía. Esto ya tendría algún viso de negar un derecho, pues como se dijo más arriba, los perros son especial y estrictamente entrenados para poder estar en cualquier espacio, sin generar problemas, sin ensuciar, sin causar molestias. Pero como el tema se resolvió, pudimos llegar tranquilamente a la terminal de tres Cruces en Montevideo.

Al llegar a la terminal, nos dirigimos a la ventanilla de Buquebús, para poder informar nuevamente que el domingo por la noche viajaríamos con el mismo grupo, más siete personas más procedentes de Uruguay, para que se pueda prever lo del perro guía y no tener inconvenientes al momento de tomar el bus.
No pudimos avanzar mucho, pues se nos dijo que eso había que hablarlo con la encargada de ese horario, que sólo estaría disponible el domingo, y que no había forma de llamarla telefónicamente de forma directa, sino que había que llamar al 130 de Buquebús y pedir por ella en la terminal.

El día domingo por la tarde llamamos reiteradamente a Buquebús para poder hablar con la señora encargada y estar tranquilos en cuanto al viaje, pero no hubo forma humana de que nos atendieran en esa línea.
El horario de partida de los buses era a las tres de la mañana del lunes 4 de marzo. A las dos de la mañana estuvimos ya en la terminal, para hacer las cosas con tiempo y poder manejarnos tranquilos, pues se trataba de un grupo muy grande, ya formado por 24 personas con problemas visuales y dos voluntarios con vista.
Nos dirigimos entonces a la ventanilla de Buquebús, para informar de forma previa que teníamos este grupo, y que viajábamos con el perro guía, para que se pueda ver de forma sencilla el transporte. Cabe aclarar que la realidad es que ni siquiera haría falta tanto aviso previo para viajar con un perro guía, pues al ser considerado como un instrumento de guía y orientación, la situación podría ser similar a tener que avisar previamente que yo, persona ciega, voy a viajar con un bastón. Pero para evitar sorpresas y las reacciones que muchas veces produce el desconocimiento, en este tipo de viajes, en los que siempre hemos contado con personas con perros, buscamos ir adelantándonos a las cosas, y avisando para que todos estén tranquilos.

La encargada de Buquebús, de nombre Marita (no puedo recordar su apellido) en seguida se mostró reacia a permitir que el perro viaje en el ómnibus, como corresponde. Se le explicó el entrenamiento especial del animal, incluso para su tranquilidad se le contó que ya había viajado desde Salamanca siempre con su dueño, en avión, e incluso ya en Buquebús en el viaje de ida a Montevideo. Se le explicó la normativa que existe en muchos países sobre el perro guía, y el que no es considerado una mascota, si no una herramienta de la persona ciega. Aclaramos que en Uruguay, como sucede en otros países, no existe una ley sobre perros guías, no porque estos estén prohibidos, si no porque no se los conoce, y por ello no se legisla sobre el tema.

Aún con nuestras pacientes explicaciones, la señora seguía empecinada en que el perro no podía viajar en el ómnibus, aduciendo una norma que en Uruguay no permite viajar animales en transporte público. Su propuesta era llevar al perro en la bodega del ómnibus, algo a lo que su dueño se negó de plano, tanto por el riesgo que eso significaba para el animal, como por su alto costo que Buquebús no le cubriría en caso de que haya algún inconveniente (un perro guía tiene un costo en su formación y entrenamiento de aproximadamente 35.000 dólares), pero fundamentalmente la negativa de que el perro viaje en la bodega, tenía que ver con su función y utilización, pues significaba dejar al pasajero sin su herramienta de orientación, se trataba de algo similar a pretender que todo el resto de los integrantes del grupo, dejemos también los bastones en la bodega.

Pero la señora encargada insistió en su postura, sin dar lugar a ninguna conversación más sobre el asunto, aún cuando algunos otros empleados de la empresa intentaban aportar ideas o soluciones menos drásticas al problema.

Nos sorprendió mucho sus formas, pues al insistir nosotros con los argumentos y la necesidad de que el perro viajara de la misma manera que había llegado a Montevideo, en el ómnibus con su dueño, ella comenzó a hablar de malas maneras, haciendo en reiteradas ocasiones algo que resulta completamente ofensivo, que es que, cuando alguno de nosotros, personas ciegas, le estaba hablando y dando explicaciones sobre el tema, se daba vuelta y se iba sin decir nada, dejando a uno hablando sólo, sin advertir que ella se había ido, teniendo en más de una ocasión que intervenir otro empleado de la empresa para decir que ella se había ido.
Así pues luego de más de cuarenta minutos de intentar explicarle el caso y encontrar una solución, asentando incluso un reclamo en el libro de quejas de la empresa, su respuesta fue la siguiente:

"El perro viaja en la bodega o no viaja. Y en quince minutos sale el último bus, si ustedes no suben y se deja el perro en la bodega, no viajan"

Ante esto, y con una fuerte sensación de impotencia y maltrato, pues estábamos reclamando un servicio que la empresa nos había vendido, fue que hicimos dos cosas.
La primera, colocarse la mayoría del grupo adelante de los dos buses de buquebús que aún faltaban partir hacia Colonia, y la segunda, recurrir a la policía de la terminal, para plantear el problema y poder encontrar una solución.

Ya ante esto los ánimos se pusieron bastante caldeados. La policía intentó entender y resolver el problema, pero la encargada de la empresa seguía en su postura, gritando y amenazando. Uno de los choferes de los ómnibus amenazó al grupo con que el micro arrancaría y los pisaría, y la policía intentó prohibirle a una de las participantes del encuentro, Verónica Paz Medel de Chile, que saque fotos de lo que estaba ocurriendo.

Incluso la señora encargada de buquebús quiso realizar una denuncia a la policía, porf estar bloqueando la salida de los buses, denuncia que la misma policía nos decía que era su deber tomarles, aunque no les parecía procedente, sino que había que resolver el problema. Pero igualmente se nos amenazó con que vendría el móvil de la policía y seríamos todos trasladados a la seccional 4ª, que no podríamos viajar.

Muchos de los otros pasajeros de los dos buses que estaban aún sin salir, descendieron de los mismos, para sumarse a nuestro grupo, al enterarse cual era el problema, expresando claramente que ellos no tenían ningún inconveniente en que viaje el perro guía con ellos.
La situación fue bastante tensa, pues la encargada de la empresa seguía gritando y amenazando, discutiendo incluso en muy malos términos con la policía, la policía trataba de calmar las cosas y encontrar una solución, pero a la vez tenían que cumplir con su deber, según decían, y nuestro grupo seguís adelante de los ómnibus, para que no puedan irse sin haber llegado a una solución del problema.

Imaginen que no se trataba de un grupo muy peligroso, 24 personas ciegas de diferentes países y ciudades, de todas las edades, pues incluso teníamos varias personas mayores, que acababan de pasar dos días de paseos y actividades en Montevideo... no éramos ningún grupo piquetero, simplemente reclamábamos algo que ya la empresa había permitido anteriormente, algo sobre lo que habíamos informado para no tener problemas y facilitar a ellos las cosas.

El caso es que finalmente, luego de más de una hora de discusiones, la policía nos informa que podíamos subir a uno de los buses, con el perro con su dueño, como correspondía. Nos informaron que se habían comunicado con su superior, y este había dicho que, si bien existía una norma que prohibía que animales viajen en un transporte público, al tratarse de un perro guía no lo afectaba la prohibición, pues hay normas internacionales que permiten su viaje en estos transportes (uno de los argumentos que tanto habíamos esgrimido).

Aún así, mientras al fin subíamos al ómnibus, la señora encargada de buquebús seguía gritándonos, que esta no era la manera de lograr las cosas, que esto no era Gualeguaychú, y amenazando con que pediría a la empresa que nos coloquen en la lista negra, y que no se nos vendería nunca más pasajes) todo, digo yo, por reclamar lo que la empresa misma nos había vendido, poder viajar las 25 personas de Montevideo a Buenos Aires).

Luego de todo este incidente, la atención en Colonia fue muy buena, incluso allí nos contaron que la encargada había llamado a un gerente de la empresa y este habría autorizado el viaje del perro, cosa que allí en Montevideo no se nos dijo, y ella insistía con su negativa. Incluso el chofer del ómnibus que nos había llevado a Montevideo en el viaje de ida, de apellido Rossano, se ofreció para lo que hiciera falta, para que quedara claro que ya habíamos viajado como correspondía, con el perro guía, sin que esto resultara ningún inconveniente ni para la empresa ni para ningún otro pasajero.

Finalmente pudimos arribar bien a la ciudad de Buenos Aires, sin otros inconvenientes, pero con el mal sabor del maltrato, de lo que puede hacer el desconocimiento, y de haber tenido que hacer pasar ese mal rato al grupo, a turistas ciegos que habían cruzado el océano para conocer Argentina y Uruguay.
Pedimos que esto se pueda difundir, pedimos de la empresa una disculpa, y que sirva como aprendizaje, para que en otras ocasiones no parezcan estos problemas, y cualquier persona ciega que viaje con su perro guía pueda manejarse sin inconvenientes.
Pensábamos luego, pobre el comisario de a bordo que nos consultó, para que su hijo tenga un perro guía en Uruguay, si no podría llegar a viajar con él, con tanta negativa y maltrato de la empresa, c cuánto camino tendría que abrir, para poder utilizar esta herramienta, tan importante para la independencia de muchas personas ciegas.

Por suerte el resto del viaje pudo desarrollarse normalmente, incluido un viaje ida y vuelta en ómnibus de Chevallier de Buenos Aires a Neuquén, donde no sólo no hubo inconvenientes para llevar al perro, si no donde incluso el personal del ómnibus se preocupaba por si el perro necesitaba comer algo.

Agradecemos la difusión, y quedamos a disposición para cualquier otra información que puedan necesitar.

Saludos cordiales,
Pablo Lecuona
Director

DERECHO DE ADMISIÓN


por Héctor Díaz

Los perros guía facilitan enormemente la vida cotidiana de los no videntes permitiéndoles un desplazamiento ágil a través de los ámbitos por los que deben transitar. Pero a pesar de esta incuestionable ventaja su uso no se encuentra muy difundido en la Argentina. Y la causa que impide la utilización masiva de estos animales radica en que los lazarillos no se entrenan en nuestro país. O sea que, para obtener un animal de estas características, se debe recurrir a escuelas de adiestramiento radicadas en el exterior.

Si bien el costo de cada ejemplar es elevado, ronda los 35.000 dólares, existen instituciones que los brindan gratuitamente. Entre ellas está la fundación Leader Dogs for the Blind (http://www.leaderdog.org/) situada en la ciudad de Rochester, Estados Unidos. Aunque el número de animales adiestrados en esta escuela canina es bastante limitado, existe la posibilidad concreta de incrementar el cupo de perros que podrían ser destinados a nuestro país. Pero la condición que impone este centro para realizar las donaciones es que exista una ley de alcance nacional que garantice la libre accesibilidad a los lugares públicos tanto del perro como de su amo, requisito legal que aún no se encuentra contemplado en la jurisprudencia Argentina. A pesar que existen disposiciones, tanto de entes nacionales, provinciales y municipales, que consideran estos derechos, son sólo regulaciones parciales de una problemática que requiere un marco legal más amplio e integral.

La primera iniciativa en este sentido fue impulsada por el Diputado Jorge Orozco en el año 2001 pero después de una serie de vaivenes de orden administrativo la ley no fue promulgada. Pero el espíritu de aquel proyecto fue retomado este año por los diputados Alejandro Nieva, Miguel Ángel Giubergia e Isabel Amanda Artola.

Con respecto a la idea rectora de esta norma jurídica, Marisel Nazar, asesora del Diputado Nacional por la Provincia de Jujuy Alejandro Nieva, explica: “El espíritu de la ley es que todas aquellas personas que tengan un perro de asistencia tengan accesibilidad y puedan permanecer en espacios públicos o privados de acceso al público como ser bares o restaurantes”

Es importante recalcar que esta propuesta parlamentaria utiliza un término más amplio, perro de asistencia, en lugar de perro guía. “En vez de usar el término perros guía que solamente contempla al animal de la persona no vidente, usamos perros de asistencia porque en muchos lugares del mundo se utilizan animales para ayudar a personas hipoacusicas y e incluso a aquellos que tienen problemas motrices”, aclara Maricel Nazar.

Pero este proyecto de ley además considera la posibilidad de atribuirle a la Policía Federal Argentina, debido a su amplia experiencia, la facultad de entrenar perros de asistencia y de convertirse en al autoridad de contralor de todos aquellos animales que, adiestrados fuera de su ámbito sean utilizados para tal fin. Esta nueva ley, que está a punto de ser tratada en la Cámara de Diputados y que aún falta su discusión en Senadores, ha sido elaborada sobre una serie de normas internacionales vigentes entre las que se destaca la de la Comunidad Autónoma de Valencia.

Si bien la promulgación de esta disposición pretende llenar un vacío legal, por si sola no es suficiente. “Para que este proceso sea completo debe haber además una educación por parte del Estado para que permita la integración completa del discapacitado a la sociedad” reflexiona Marisel Nazar y agrega "ojalá que para el 2008 esta ley ya esté en vigencia"

Agradecemos la colaboración del Diputado Nacional por la Provincia de Jujuy Alejandro Nieva y especialmente a su asesora Marisel Nazar.

FUENTE: PÈRROMANIA Nº 6

CÓMO ACTUAR ANTE UNA PERSONA CON PERRO GUÍA

¡Hola!:
Soy un Perro Guía y quiero contarte cómo debes actuar cuando te encuentres conmigo en compañía de mi amo ciego.
Yo, como Perro Guía, soy un perro de trabajo. No constituyo una mascota, no soy un perro de exhibición. Mi comportamiento y trato es totalmente diferente, y debo ser respetado en mi función de guía y fiel compañero de mi amo ciego.
Por favor, no me toques o acaricies cuando me encuentre trabajando, es decir, con arnés. Esto significa distraerme de mi misión. Lo más adecuado es ignorarme:
Así efectuaré un trabajo perfecto.
No sientas temor hacia un Perro Guía como yo: nunca te haré daño. Si tienes un perro, por favor contrólalo, evitando que pueda producir un accidente cuando pasa junto a mí en compañía de mi amo ciego.
No me ofrezcas golosinas o alimentos: mi dueño ciego se encarga con esmero de mi alimentación de manera responsable y con cariño. Estoy bien alimentado, y tengo un horario predefinido para ir a comer.
Cuando te dirijas a una persona ciega que se acompaña por un simpático Perro Guía como yo, háblale directamente a la persona, y no a mí.
Si un ciego con Perro Guía se encuentra en necesidad de ayuda, lo solicitará. Acércate por el lado derecho, de modo que yo quede a la izquierda. Pregunta si necesita asistencia: si acepta, me ordenará que te siga o te pedirá que le ofrezcas tu codo izquierdo. Él o ella lo cogerá y me hará una señal para indicarme que estoy temporalmente fuera de trabajo.
Si un ciego con Perro Guía pregunta direcciones, dale indicaciones claras del sentido en que debe girar o seguir para ubicar el lugar al cual se dirige.
No corras o tomes el brazo de una persona ciega en mi compañía sin antes hablarle. Nunca toques o cojas mi arnés, solo es útil para mi amo ciego, a quien acompaño.
Los Perros Guía tenemos lugares y horarios predeterminados para evacuar nuestros esfínteres.
Yo, como Perro Guía, estoy habituado a viajar en todo medio de transporte echado a los pies de mi amo ciego sin causar molestias a los pasajeros, trátese de viajes dentro o fuera de la ciudad o fuera del país.
Yo, en virtud de mi riguroso entrenamiento, estoy habituado y capacitado junto a mi amo para acceder y permanecer en todo tipo de establecimientos, tanto de salud como comerciales, restaurantes u otros locales: supermercados, cafeterías, cines, teatros, centros de estudio o trabajo, etc., sin causar alteración al normal funcionamiento de los mismos ni molestias al personal o al público.
En el lugar de trabajo, un usuario de Perro Guía se encuentra capacitado para ejercer sus funciones conmigo a su lado. En ningún momento un Perro Guía deberá vagar a su capricho por el recinto, acorde al entrenamiento recibido.
Los Perros Guía tenemos derecho a libre acceso, igual que nuestros amos, a todos los lugares públicos. Por favor, colabora en la difusión de este mensaje por todo el mundo.

"Los ojos del ciego son su Perro Guía, o sea, YO"

Bueno, ¡muchas gracias por tu atención! Y espero pongas en práctica lo que te acabo de contar, ya que si lo haces, ¡moveré mi rabito de felicidad!

ACCESIBILIDAD CON PERROS GUIAS EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

Ciudad de Buenos Aires - Ley Nº 2.782


Ley Nº 2.782


Accesos en los espacios públicos o acceso público, transportes públicos de pasajeros.

Agrega artículo 3° bis a la Ley N° 429

B.O. Ciudad de Buenos Aires 07-08-08

Buenos Aires, 10 de julio de 2008.

La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sanciona con fuerza de Ley

Artículo 1°.- Agréguese el artículo 3° bis a la Ley N° 429, el que quedará redactado de la siguiente manera:

"Artículo 3° bis.- En los accesos de los espacios públicos o de acceso público y en los transportes públicos de pasajeros se deberá exhibir, en forma visible, la siguiente leyenda "Está permitido el acceso y/o traslado de las personas con necesidades especiales acompañados de animales de asistencia. Ley N° 429"

Art. 2°.- Comuníquese, etc. Santilli - Pérez


DECRETO N° 945/08


Buenos Aires, 30 de julio de 2008.

En uso de las facultades conferidas por el Artículo 102 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, promúlgase la Ley N° 2.782 (Expediente N° 41.206/2008), sancionada por la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 10 de julio de 2008. Dése al Registro, publíquese en el Boletín Oficial de la Ciudad de Buenos Aires y comuníquese a la Secretaría Parlamentaria del citado Cuerpo Legislativo por intermedio de la Dirección General de Asuntos Legislativos y Organismos de Control y pase a la Vicejefatura de Gobierno y a los Ministerios de Desarrollo Urbano y de Ambiente y Espacio Público, para su conocimiento y demás fines de sus respectivas competencias.

El presente Decreto es refrendado por los señores Ministros de Desarrollo Urbano y de Ambiente y Espacio Público y por el señor Jefe de Gabinete de Ministros.


MACRI - Chain - Piccardo - Rodríguez Larreta