Entre risas, manos que se tocan, voces que se encuentran; descrubrimientos y reencuentros, entrelazamos entre todos y todas una gran red de corbatas masculinas coloridas y puntillas blancas femeninas; con sabor a poco nos quedamos
tod@s y con ganas de volver siempre a hacer cosas juntos a divertirnos, a jugar...que tanto gusto nos dá y nos cuesta darnos el permiso,..pero ...cuando lo hacemos se nos ilumina la vida como cuando eramos niños.
Esta red formó parte del decorada del congreso hasta que al llegar el último día, nos dió un gusto enorme que pasara al taller de Claudia Collinet en Argentina.
Toda escusa es buena para disfrutar y si lo hacemos disfrutando en forma inclusiva más aún.
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